La Guerra del Fuego: parte 9

Fue una noche muy difícil para Shadow y Amy, ya que ellos no durmieron mucho porque en la cueva era muy fría en la noche, no podían dormirse sin que pudieran enfermarse o incluso sufrir de hipotermia. Solo durmieron un par de horas cuando la cueva no estaba tan fría, lo cual no fue suficiente, sobre todo para Amy que tenía que descansar por su condición. Todos los mamíferos que dormían fueron despertados por un gran chillido.

-¡que ruido! – dijo Amy mientras se cubría las orejas, entonces escucho que abrían la puerta de barrotes y lo que vio fue que le lanzaran una hogaza de pan de trigo, Amy alzo la vista y miro que era el halcón de la noche anterior, tenía un vaso con agua en su ala.

-levántate – dijo el halcón con voz fría, Amy  tuvo muchas dificultades para levantarse del nido, tenía que morder el pan para poder apoyarse del suelo y la pared y el halcón solo la observaba sin mover un dedo por ayudarla, solo cuando ella finalmente se incorporó totalmente de dio el vaso – es agua limpia, no tiene nada.

Terminando de "desayunar" todos los mamíferos fueron llevados a la gran cámara de la cueva donde los estaba esperando a todos los jóvenes la líder de Los Salvadores llamada Serah, la águila Come-monos.

-buenos días mis jóvenes – dijo Serah con la frente en alto – espero que hayan dormido bien, como les dije la noche anterior están para aquí para traer el "orden" – claramente los erizos lo tenían totalmente en duda – la razón por las que dije que algunos serian mineros o joyeros es porque esta no es una cueva cualquiera… es una mina de cuarzo blanco – las orejas caídas de Shadow se enderezaron un poco al escuchar lo que ella dijo – en algunos su trabajo consistirá en buscar la piedra blanca para luego usarlas en collares con oro o plata, ese es el trabajo del que les asignaremos a otros, pronto serán divididos en varias partes, como son 600 de ustedes, tendría que ser 3 partes con 200 de ustedes, ya que el resto va estar ayudando con pequeños trabajos para nosotros… les dejo por ahora, nos veremos en la noche – con eso dicho la águila salió volando.

Pronto todos escucharon una voz masculina, era un águila de cabeza blanca con las plumas manchadas de hollín y unos googles de herrero que le colgaban del cuello, y junto a él estaba el gran murciélago gris oscuro, con  las alas replegadas en su espalda, los dos tenían una mirada fría y sin emoción.

-yo soy Andreas – dijo el águila con una voz grave – soy el herrero principal de los Salvadores, yo les voy a asignar el puesto que tendrá cada uno de ustedes, necesito que 2 filas de a 300.

Todos se habían formado lentamente, Shadow estaba detrás de su compañera, se encontraban justo a la mitad de su fila a la derecha de la otra, pronto la fila avanzaba, cuando salía cada mamífero tenía un objeto diferente, algunos tenían guantes de cuero (para las minas), otros tenían una pequeña perla de cuarzo (joyero) y algunos les daban collares de metal de color oscuro ("ayudantes"). Cuando por fin era el turno de Amy le toco la perla de cuarzo, al seguir su camino llego donde estaban los que tenían lo mismo que ella y cuando volteó para buscar a Shadow, vio que le dieron los guantes de cuero entonces ella puso una cara de preocupación ya que estarían separados.

Fue entonces que los grupos se fueron por túneles diferentes, el grupo donde estaba Amy pasaba en un túnel amplio e iluminado por antorchas, el túnel daba con varias entradas en donde se observaba como se hacían las cadenas de oro, la primera entrada se fundía el oro con latón y cobre, la segunda en como el oro ya convertido en tubos largos pasaban por un laminador para hacerlo más delgado para cortarlo. La tercera entrada no pudo verla bien ya que lo bloqueaba un gran halcón gris, solo se escuchaba el martilleo de metal caliente, y solo se pudo ver un gran guante de cuero con algo parecido a garras largas de acero aunque fue solo un momento.

Y llegaron a su destino, una cámara con largas mesas de madera con todo y asientos, las mesas tenían los collares de oro con un tazón pequeño de barro con las pequeñas perlas de cuarzo. El águila y el murciélago dieron indicaciones para que pudieran sentarse, luego se pusieron frente a todos ellos.

-hasta aquí me quedare con ustedes – dijo Andreas – tengo que hacer algunos asuntos importantes, por cualquier cosa aquí va estar el murciélago que es un joyero para ayudarles en todo – el murciélago estaba viendo a los jóvenes, sobre todo a Amy, esto puso a la eriza rosada algo nerviosa, pronto el águila se fue volando.

Mientras tanto Shadow fue a otro túnel, era un poco más estrecho, el ave que los guiaba era un águila real hembra. Shadow sentía incomodo sin saber porque, fue más su sorpresa cuando vio algo que brillaba muy cerca de él, no eran las antorchas encendidas, eran los anillos de sus muñecas, jamás en su vida le había pasado eso, pero ahora estaban titilando, algo andaba mal pero no pudo pensar en la razón, pues todos se detuvieron cuando llegaron a un pasillo que daba con la entrada de la mina incluso tenía una señal arriba de la entrada al lado de ellos habían carros mineros vacios en unos rieles, en la entrada. Todos tenían que tomar un carro, al principio Shadow estaba dudoso pero cuando estaba a punto de entrar, la águila real lo detuvo.

-tu – dijo la águila apuntando a Shadow con su ala –no puedes entrar a la mina con algo metálico… dame tus anillos – entonces ella extendió su ala frente al erizo negro, Shadow obviamente se negaba a cooperar, miro justamente a los ojos de la águila con enojo, la águila se mantuvo fría pero por dentro estaba sorprendida de Shadow, no sabía si considerarlo como algo tonto o valiente, eso era lo que le gustaba a ella – ¿si te digo que te los regresare, me los darás?.

-no lo creo, ¿Cómo puedo confiar en ti? – dijo Shadow disgustado

-será una promesa, y cuando Diana promete algo lo cumple  – dijo la águila – pero tendría que devolvértelos en la noche –dijo ella, algo le decía a Shadow que no mentía pero se mantenía con cautela, le entrego sus anillos aun titilando lentamente y por fin la águila los tenia – bien… puedes seguir tu curso.
  
Cuando Shadow entro a la mina sintió que la gravedad se volvía algo pesada, sintió una sensación muy desagradable y empezó a jadear, no era dolor pero sentía que una energía bloqueaba sus poderes del Caos pero era mayor que antes haciéndolo sentirse débil, quería salir de allí, la fuerza le estaba obligando, no quería dar otro paso pero fue empujado por un extraña especie de can, era de color cobre rojizo con las extremidades oscuras, sus piernas eran largas y delgadas.

-¿estás bien erizo? – Preguntó el can a Shadow, el erizo asintió no quería avanzar pero tuvo que hacerlo, tenía un carrito vacio que necesitaba ser entregado – perdón, soy Guazú, soy un lobo de crin – dijo el can tratando de hablar con Shadow – ¿y tú?

- Shadow the Hedgehog – dijo Shadow mirando su camino, no quería hablar con nadie

-te queda bien – dijo el lobo rojizo - tú y tu compañera son extranjeros ¿no?… se nota claramente por que su pelaje no sirve para esconderse de los depredadores… aquí en este lugar eres cazador o presa.

-me di cuenta – dijo Shadow – eso es muy primitivo… para animales salvajes

-somos animales salvajes – dijo Guazú – a menos que vivas en un reino, en un clan o pueblo… bueno, eso si la Gran Luz lo hubiera deseado – Shadow se intereso en lo que dijo

Mientras tanto  Amy el grupo donde estaba trabajaban rápido en hacer los collares con las piedras de cuarzo, hacerlos collares no era tan difícil habían algunos mamíferos que tenían algo de experiencia y ayudaban a los otros o el murciélago les daba lecciones, el problema era que las rapaces que pasaban volando molestaban a los jóvenes lanzando piedras o diciendo cosas espantosas. Sobre todo a Amy, era la más notable de todos por su color y su vientre.

-¿ya viste a esa bestia rosada? – Dijo una halcón de cola roja a un cernícalo gris – está enferma… con un horrible parasito en su estomago – dijo la halcón apuntando el vientre de Amy – esa cosa te chupa la sangre – Amy no volteaba a ver a las aves pero las escuchaba, estaba enojada por esos cometarios.

-¿Por qué no se lo quitamos? – Dijo el cernícalo – puedo traer las garras del taller – de inmediato fue interrumpido por Andreas que volvio para buscar los 2 pájaros.

-¡ya basta! – Dijo Andreas molesto - ¡van a ir al taller pero no saldrán de allí! – los pájaros se molestaron por el regaño que les dio Andreas y se fueron a regañadientes.

Incluso con que las rapaces se fueran, Amy seguía furiosa, su estado le cambiaba su humor, a parte que tenía hambre y con solo una pequeña barra de pan no estaría satisfecha, y se volvía peor ya que estaba sintiendo nauseas, pero su mente fue interrumpida cuando una chacal le habló:

-tranquila – dijo la chacal con una voz suave y una sonrisa, Amy giro la cabeza para verla con más en calma – no debes estar enojada en tu estado… me llamo Iris

-Amy Rose – dijo ella, y le devolvió la sonrisa – gracias

-me recuerdas a mi madre – dijo Iris con una mirada triste – ella también está embarazada… la extraño

-¿en verdad? – Pregunto Amy - ¿Cómo fue que te… - no quiso terminar la pregunta pero la chacal respondió por ella

-me descuidé – dijo la chacal –confié en que podía estar jugando fuera de casa antes del atardecer, pero no estuve atenta en el tiempo  y cuando estaba a pocos metros de mi casa, sentí que algo me sujetaba y en 1 segundo ya estaba en el aire… - Amy trataba de escuchar lo que decía Iris, pero algo la distraía.

Por minutos escuchaba unos chillidos en el aire, y no dejaban de molestar "piip-piip-piip" como si tratara de decir algo. Solo cuando ella alzo la vista para buscar el sonido este desapareció.

-¿oíste eso? – le pregunto Amy a Iris, ella negó con la cabeza, la eriza miraba a su alrededor pero nunca pudo dar con el sonido – perdóname… es que en verdad estaba escuchando algo

Fue así en todo el día para Shadow y Amy, finalmente fueron llevados de nuevo a sus nidos, no sin antes recibir otra hogaza de pan, era lo único que daban de comer y solo en la mañana y en la noche, y en el estado en que se encontraba Amy no era bueno, no era suficiente para alimentarla a ella y a su hijo, pero no podía hacer nada sin que la lastimaran por las rapaces ya que los vigilaban, incluso algunas aves estaban armadas con espadas o con garras de metal en los talones. Amy solo quería dormir pero la cueva era más fría que la noche anterior, lo más raro fue que los chillidos que había escuchado se repetían en su mente y se empezaban a formular palabras "no se duerman, sino morirán" era algo que asustaba, ella se encontraba acostada en su nido y no podía dormir, así que llamó a Shadow:

-Shadow, ¿estás despierto? – Amy quería que su compañero de respondiera pronto

-si lo estoy – respondió Shadow débilmente – no me siento bien… este lugar no solo bloquea mis poderes, también da una sensación horrible… solo quiero descansar

-no debemos dormir – dijo Amy – algo o alguien me está advirtiendo que no lo hagamos – Shadow se sorprendió por lo que dijo ella – no te miento, y a decir verdad hace mas frio esta noche que ayer, y si dormimos será nuestro fin.

-lo sé… hay que distraernos – dijo Shadow en voz baja

-hablemos de algo que dure mucho – dijo Amy en voz baja - ¿Qué paso contigo, descubriste algo?

-se trata del cuarzo – comenzó Shadow – tiene una energía totalmente opuesta a la del caos, pero no tengo idea de cómo… porque la piedra en si no puede hacer eso, algo está actuando en la piedra.
  
Shadow hablo de que había solo 3 reinos en toda esta tierra que está rodeada por gigantescas paredes de roca, producto de una gran catástrofe que alteró la tierra hace miles de años atrás. Todo eso le dijo el lobo de crin Guazú, por desgracia no pudo decirle más porque tuvieron que seguir con su labor, y por alguna razón el lobo fue retirado de la cueva  y no lo ha vuelto a ver. Hablo igual de que le quitaron sus anillos que brillaban de manera extraña por los cristales, pero por suerte la águila llamada Diana se los devolvió.

Hablaron por toda la noche y ya estaban totalmente exhaustos, pero así pudieron evitar que sufrieran de hipotermia, porque escucharon de parte de las aves que algunos mamíferos habían muerto de frio. Los erizos luchaban por mantenerse alerta.

-Shadow – dijo Amy a su compañero – no creo poder soportarlo, no solo me afecta a mí, también a nuestro bebé, pienso que si esto continúa…

-¡Ustedes! - Amy fue interrumpida por una voz fuerte que llamaba precisamente a los erizos, ellos voltearon para ver que era el murciélago gris y se veía molesto - ¡vendrán conmigo! – El murciélago  fue hacia ellos y los empujó con fuerza para llevarlos a un lugar apartado - ¡caminen!

-¿Por qué quiere que vallamos? – pregunto Amy asustada, el murciélago simplemente le lanzo una mirada feroz para que no preguntaran ninguno de los 2. Lentamente los 3 fueron a una clase de habitación con una puerta de metal, adentro habían huesos de animales. Eso puso a los erizos alterados.

-¿Por qué estamos aquí? – Preguntó Shadow al murciélago que estaba dándoles la espalda - las aves no se alegraran si  ven que no estamos.

-y menos cuando se enteren de los que les voy hacer – respondió el murciélago con una voz severa pero luego cambio su actitud – voy ayudarles a escapar – dijo eso cuando se volteo para verlos, esto sorprendió más a los erizos – por cierto, perdón si los asuste mucho… me llamo Sol.

CONTINUARA.